VIDA PREVIA A LA UNIVERSIDAD

Todo el año que pasó estuve impaciente porque llegara el día en que me mudase para poder ser por fin la chica universitaria que tanto quería ser, ahora que falta una semanita para empezar a llevar todo a mi casa, una residencia, porque sí, voy a una residencia donde hay mas chicos que estudian en el "área salud" como lo llaman allá y en la facu de Derecho, estoy tan nerviosa y ansiosa, tengo tantas ganas de empezar de cero y a la vez no, no quiero soltar a mi familia ni a mis amigos por mas que "nos veamos algunos findes" como todos me dicen. Es todo tan nuevo me siento tan chiquita y vulnerable en una ciudad de papel tan enorme, Rosario para allá voy, tengo mucho miedo de pisar en falso, de que la carrera no sea para mi, que no me guste lo suficiente como para sacrificar tantas horas y tantas cosas, en fin los miedos nunca se van, por el contrario son los únicos que siempre te acompañan donde quiera que vayas.

Tengo un nudo de emociones tremendo, no saben la cantidad de veces que pensé que me equivocaba y en que quería cambiar. Tampoco se pueden imaginar hasta que personas me dieron ánimos para seguir con mi decisión, para darle para adelante y no arrugar porque me va a ir bien,  para que no me importen la cantidad de años que le ponga, "sos tan buen profesional como aquel que sacó 10 cuando vos sacaste 7, o que aquel que le puso 5 años cuando vos le pusiste 7" me dijeron y me quedó grabado a fuego en el alma.

 El 1° de febrero me mudo, muto, cambio de etapa y espero que como yo pretendan ser ustedes mismos en todo momento, dar lo mejor de si ante cada situación tan de mierda como sea. Voy a extrañar a mi abuela un montón, pero sé que es de esas que agarra un colectivo, el tren o un auto y me cae de sorpresa como si nada, como si hubiese caminado una cuadra para llegar a mi casa como en el pueblo.

Antes de la universidad tuve una vida muy linda, amigos en quienes puedo confiar sin importar qué, cómo o cuándo, una familia hermosa que siempre me ayudó y aconsejó y una hermosa cantidad de gente que, conociéndome poco o casi nada, me apoyó y dió fuerzas para muchas cosas, a todos ellos les tengo que agradecer tantas cosas y tantas emociones que no me alcanzarían los días de mi vida para devolverles todo.

-Chiara.